INNOVACIÓN EDUCATIVA: TEMAS A DISCUSIÓN
El presente escrito se realiza a partir de la entrevista que se me efectuó, vía e-mail,
por Liliana Suárez Téllez con motivo del Segundo
Congreso Internacional de Innovación Educativa: Innovación valor agregado al
conocimiento en el 2007; en dicho
evento los organizadores, amablemente, me asignaron el papel de experto en el
tema Introducción a
La entrevista realizada giró alrededor de cinco preguntas; las respuestas que en su momento brindé las retomo y les realizo algunos agregados para el presente trabajo.
¿Qué es innovación educativa?
Creo que esbozar una definición de innovación educativa sin posicionarse teóricamente antes, puede ser, y de hecho lo es, un gran error. No creo que las definiciones descriptivas ligadas a referentes empíricos nos ayuden mucho para saber que es realmente la innovación educativa. En ese sentido, más allá de las posturas que trasladan los enfoques de investigación acción a la innovación educativa (House, 1988; González & Escudero, 1987; Tejada, 1998), he establecido durante mis análisis dos grandes bloques teóricos o, en término de Lákatos, Programas de Investigación, desde los cuales se puede leer y en consecuencia definir la innovación educativa; el Técnico-Instrumental y el Crítico-Progresista.
Personalmente me adhiero al segundo y a partir de ahí me permito definir a la innovación educativa en los siguientes términos:
La innovación educativa es un proceso que involucra la selección, organización y utilización creativa de elementos vinculados a la gestión institucional, el currículum y/o la enseñanza, siendo normal que una innovación educativa impacte más de un ámbito, ya que suele responder a una necesidad o problema que regularmente requiere una respuesta integral.
Para dar una respuesta integral se puede seguir un modelo centrado en la resolución de problemas, lo que implicaría necesariamente un conjunto de acciones que deben ser realizadas de una manera deliberada y sistemática con el objetivo de lograr un cambio duradero que pueda ser considerado como una mejora de la situación previamente existente.
El desarrollo de ese conjunto de acciones debe ser impulsada por una gestión democrática que permita, por una parte, otorgarle una dirección horizontal al proceso de elaboración, y por la otra, lograr que el cambio se viva como una experiencia personal que, a su vez, involucra la cooperación de diferentes actores.
¿Qué agentes requiere la innovación educativa?
La innovación educativa puede desarrollarse en tres ámbitos: la gestión institucional, el currículum y/o la enseñanza; en cada uno de los estos ámbitos los agentes de la innovación cambian, y cambian en función de quienes son los usuarios y potenciales beneficiados de la innovación. En ese sentido no creo que la innovación sea un asunto de expertos, sino de personas interesadas en innovar y mejorar sus prácticas profesionales.
Bajo esa lógica las instituciones y las autoridades del sistema educativo deben de crear las condiciones para el desarrollo de procesos de innovación y los maestros, y demás profesionistas involucrados en la educación, quienes al fin de cuenta son los usuarios de la innovación, deben comprometerse en la mejora de sus prácticas profesionales. La innovación es un asunto personal, en primera instancia, pero su realización requiere de condiciones institucionales y contextuales para desarrollarse.
¿Cuáles serían los temas de agenda para una red de expertos en Innovación Educativa?
Creo, en consonancia con lo escrito en uno de mis textos, que la primera tarea es impulsar el desarrollo teórico y metodológico de la innovación educativa.
En segundo lugar, se convierte en un imperativo discutir la formulación de una política que promueva y fomente una cultura de la innovación en nuestras escuelas y universidades.
En tercer lugar, es necesario plantearse la mejor manera de difundir o socializar las innovaciones educativas para que éstas lleguen a los usuarios potenciales quienes, en un proceso de adopción-recreación, puedan incorporarlas a su práctica profesional.
Por último, creo necesario discutir la mejor manera de sistematizar, y en consecuencia crear bases de datos o bancos de innovación, de las innovaciones producidas en diferentes contextos y por diferentes agentes. Estos bancos o bases de datos no pueden ser herramientas de consulta únicamente para investigadores o especialistas.
¿Cómo se relacionan la innovación educativa y la calidad?
Esta es la pregunta del millón:
relacionar dos términos con alto nivel de abstracción y de imprecisión es un
campo abierto a la especulación y al sin sentido. Sin embargo, siguiendo con la
lógica planteada, hasta este momento, me deslindo del concepto de calidad
formulado por la tecnocracia y el neoliberalismo (fuertemente asociado a
procesos de certificación y de rendición de cuentas) para insertar el debate en
la escuela y en ese sentido la calidad educativa la considero como la mejora
permanente de las prácticas profesionales que coadyuvan a logro de los
objetivos de la institución y al desarrollo profesional (y personal) de sus
agentes. Bajo esa conceptualización
Más allá de las definiciones tramposas que dicen que uno u otro concepto pueden ser proceso o producto. Me situaré por el momento en la idea de proceso, en ese sentido la innovación educativa es un proceso objetivo que se desarrolla en el mundo material y que se concreta en el mismo; mientras que la creatividad es un proceso subjetivo que se desarrolla en el interior del individuo pero que se proyecta hacia el exterior. Bajo esa lógica la creatividad constituye el proceso psicológico a través del cual una persona puede desarrollar un proceso de innovación, sin embargo, es necesario aclarar que esta mirada psicologista no agota ni explica un proceso de innovación el cual requiere condiciones objetivas para su realización.
Referencias
González, M., & Escudero, J. (1987). Innovación educativa: Teorías y procesos de desarrollo. Barcelona, España: Humanitas.
House, E. (1988). Tres perspectivas de la innovación educativa: tecnológica, política y cultural. Revista de Educación 286; 5-34.
Tejada, J. (1998). Los agentes de la innovación en los centros educativos. Málaga, España: Aljibe.
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