LAS TAREAS ESCOLARES. LA PRIMERA ACTIVIDAD EDUCATIVA DAMNIFICADA POR EL USO DEL CHATGPT

El encargo de realizar diversas actividades escolares en la casa del propio alumno es lo que comúnmente denominamos tareas escolares.

Este tipo de actividades extraescolares es una constante en todo el sistema educativo y en sus diferentes niveles educativos; normalmente suele presentar diferentes intencionalidades educativas, aunque de manera genérica se insiste en que su realización permite fortalecer el aprendizaje de los alumnos.

La certeza de que esas actividades las realizaran solo los alumnos siempre estuvo en entredicho. Se sospechaba que las podían copiar, o alguien más se las podía hacer o inclusive podían ser ayudados por otras personas. Sin embargo, aún con esas dudas, su uso seguía siendo una actividad recurrente.

Pero ¿qué pasa ahora con la irrupción mediática de la inteligencia artificial (IA) y su acceso a través de chatbot como el chat GPT?

De entrada, es necesario reconocer que las diversas posibilidades que ofrece la IA son múltiples y variadas. Lo mismo ofrece información directa sobre lo que se le pregunta, que realiza un resumen, corrige un texto, elabora un ensayo o un artículo. Los productos de estas actividades son originales por lo que en estricto sentido cuando un alumno lo presenta no está realizando un plagio. 

Ciertamente todavía falta tiempo para que su uso se popularice y los alumnos aprendan a utilizarla adecuadamente. Pero, sin lugar a dudas, esto rompe con la intencionalidad general de las tareas escolares y las intencionalidades específicas de cada actividad.

En educación superior el docente encarga actividades extraescolares con objetivos diversos, como lo serían los siguientes:

• Resumir una Informacion.
• Recuperar el contenido central de un texto o video.
• Repasar un procedimiento.
• Buscar Informacion sobre un tema.
• Organizar Informacion a partir de la elaboración un organizador gráfico
• Analizar información sobre un tema.
• Ordenar la Informacion para una exposición.
• Etcétera.

Con el uso de la IA estas intencionalidades educativas se diluyen. Y con el Chatbot ahora solo basta saber cómo preguntar o dar indicaciones para tener un trabajo adecuado.

En este contexto la pregunta que surge es ¿Será conveniente seguir encargando esas actividades de manera extraescolar? 

La respuesta no es sencilla, por una parte, cabe la posibilidad de seguir simulando y creer que nuestros alumnos realizarán las tareas escolares o, en su defecto, apelar a la creatividad de los docentes para generar controles que aseguren que será el alumno el que realice las actividades.

No quiero especular al respecto, y menos en este momento en que estamos iniciando este proceso de incorporación de la IA a la educación, pero me gustaría apostar a la innovación docente y aunque ahorita considere que este tipo de actividad educativa será la primera damnificada por la irrupción mediática de la IA, creo que el docente comprometido con su labor no puede sentarse a ser solamente un espectador y es el momento de convertirnos en actores del cambio educativo.