Programas sintéticos y programas analíticos. Solamente un diálogo entre maestros
Suena el timbre y los alumnos salen al receso.
El
profesor Rubén (R) sale detrás de ellos y llega al patio central.
Ahí
se encuentra al profesor Manuel (M).
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R: Hola profe Manuel.
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M: Buenos días profe.
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R: ¿Y qué le pareció la capacitación que nos
dieron, ahora que regresamos a clases?
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M: Muy buena profe. Se ve que ahora si vamos a
hacer las cosas bien.
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R: Pues no sé, yo tengo algunas dudas, por ejemplo
¿Por qué utilizaron la terminología de programas sintéticos y programas
analíticos? Semánticamente hablan de diferentes niveles de agregación/desagregación
y no corresponde a lo que nos plantean que debe ir en cada uno.
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M: Pero profe, no podemos limitarnos a los conceptos, hay que ir más allá.
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R: De hecho, en el campo
de estudios curriculares un programa sintético incluiría la totalidad del plan
formulado de manera general o global, mientras que un programa analítico sería
para desagregar y especificar a mayor detalle algunos aspectos de ese programa
y eso no es lo que nos plantean.
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M: Pero habría que verlo desde lo educativo.
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R: Tiene razón, pero hasta donde recuerdo eso se
discutía en el campo de la Didáctica Crítica que tuvo su desarrollo a fines de
los años setenta y principio de los ochenta del siglo pasado. Además, esa era
una propuesta para educación superior donde las instituciones tienen autonomía
para generar sus planes y programas de estudio, a diferencia de educación
básica.
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M: Pues sí, pero nosotros lo aplicamos a educación
básica. Al cabo que si se puede.
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R: Puede ser, sin embargo, recuerdo que esa
propuesta fue superada por el propio Ángel Díaz Barriga y estableció para
educación superior tres niveles de concreción curricular y les dio una
denominación diferente.
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M: Profe, no importan los niveles. Lo importante es
que ahora nos dan autonomía curricular.
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R: Ciertamente, la intención es buena, sin embargo, no entiendo por qué no tomaron en cuenta la experiencia de otros países sobre
la descentralización curricular, por ejemplo, España, en su reforma de inicios
de la década de los 90s del siglo pasado, planteó cinco niveles de concreción
curricular.
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M: Pero ¿para qué necesitaríamos tantos niveles?
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R: Pues precisamente para la autonomía curricular y
acercar el currículo a la realidad de las escuelas.
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M: No creo que eso sea necesario. Así como nos lo
proponen está bien, no hay que buscarle tres pies al gato.
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R: Bueno, es un inicio. Aunque cabe reconocer que
nos tardamos mucho ya que la mayoría de los países con sistemas curriculares
centralizados como México hicieron su transición en la década de los 90s del
siglo pasado y nosotros treinta años después iniciamos con una propuesta muy
limitada.
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M: No profe. La propuesta está bien. Lo que pasa es
que se me hace que usted es prianista,
por eso crítica todo.
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R: ¡Ah que profe! Mejor después seguimos
platicando.
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